Mi historia con Age of Empires
Esta es una historia de romance juvenil, un romance entre un joven en su incipiente comienzo en el mundo de la informática y un videojuego que lo marcó, así como lo leen.
Esta también debe ser una historia que se repetirá con gente de mi edad (inclusive Xataka hace poco lo ha documentado en un artículo interesante); comenzamos a utilizar la computadora y ahí aparece frente a nuestros ojos algún videojuego que jugamos hasta el cansancio y nos acaba marcando de manera que cuando volvemos a él es como volver a aquellos “buenos años”.
En mi caso ese videojuego es Age of Empires; conocí ese videojuego gracias a un primo que al ser mayor y tener más experiencia con su computadora personal un día mi hermano y yo le preguntamos si “su computadora tenía juegos” aún acabados de entrar a la secundaría intuíamos que esa caja ruidosa con monitor no podría servir sólo para hacer tarea, debía haber algo más, él dijo “déjame ver si en este CD viene alguno” se trataba de un disco de instalación de su flamante computadora Compaq de escritorio, lo instaló y como por arte de magia se abrió un nuevo mundo que sólo veíamos aquellas tardes de visita en su casa.
Al poco tiempo nosotros también tuvimos una PC en casa y el primer paso fue pedirle su disco para instalar el demo del juego, lo que siguió a eso fueron incontables horas de jugar esos 3 escenarios que traía el demo, era todo un mundo nuevo que me permitía jugar algo más elaborado que solo un videojuego de peleas o de rescatar princesas, el juego era profundo, tenía una estrategia, había que utilizar el cerebro para avanzar y eso me atrapó inmediatamente.
Al poco tiempo mientras seguía mi camino de descubrimiento de las computadoras conocí a un compañero de secundaria, Gerardo tenía la misma afición que yo, ya había jugado el juego y aún tengo clara la imagen en mi memoria de como sacó de su mochila 3 discos en cajas de plástico, Age of Empires 2 y la Expansión The Conquerors además de una copia de Windows Millenium, rápidamente como un adicto a la droga los tomé en mis manos y le pedí que me los prestara para instalarlos, después de una complicada actualización a Windows ME pude por fin instalar Age of Empires 2 The Age of Kings en mi vieja PC con un AMD K6–2 y 64mb de RAM; volvieron a iluminarse mis ojos al ver que el nuevo juego era aún mejor que la versión anterior que para ese entonces ya había jugado completa más la expansión Rise of Rome que había obtenido con otro amigo también aficionado a las computadoras, aquí logré pasar aún más horas descubriendo nuevas campañas, todas las nuevas funciones que claramente eran una evolución del juego anterior.
Algo había en ese juego que me permitía desarrollar una parte de mí que me gustaba, tener control del crecimiento de una civilización, construir edificios perfectamente acomodados y funcionales, murallas que con lujo arquitectónico me encargaba de poner en el escenario para que todo se viera “perfecto”; el editor de escenarios me permitía llevar al extremo mi fantasía de tener un escenario perfecto con el mejor ejército, la ciudad mejor planificada además casi siempre ser el triunfador de la partida.
A lo largo del tiempo conocí otros fanáticos del juego que me permitieron compartir la afición más allá de lo que ocurría entre la computadora y yo; un día de visita en casa de mi primo Víctor pude ver que él tenía los juegos “originales” y no sólo una copia pirata en un disco que era como yo había conseguido dicho juego, ese día devoré las cajas y folletos para ver los arboles de tecnologías; un maestro de preparatoria y un compañero alemán coincidimos en nuestra afición por este juego lo que nos llevó a aprovechar la red de computadoras de la escuela para poder jugar un par de partidas entre nosotros, Emmanuel que aunque era más aficionado a otros juegos similares (Rise of Nations y World of Warcraf) era un experto en esas ediciones clásicas además de jugar Age of Mytology que yo nunca juegue dadas las limitaciones de mi PC pero que si pude ver como él las jugaba; Francisco que durante la universidad gozaba de tener instalado en una laptop el juego y echar partidas entre clases usando todos los trucos que nunca aprendí y me parecían un pecado, recursos infinitos, carros modernos y cosas aberrantes para mis ojos; así a lo largo de la vida he podido conocer otras historias interesantes entorno al juego.
¿Y cómo es que acaba la historia?
Bueno con felicidad puedo decir que aún no lo hace, a partir de este “encierro” que vivimos actualmente me puse a buscar juegos para PC y cuál ha sido mi sorpresa de que existen versiones HD remasterizadas de estos juegos clásicos, además otras entregas que nunca he disfrutado como Age of Empires III y Age of Mythology así que he decidido ponerme a revivir “viejos tiempos” y ponerme al corriente en todo lo que siguió a estos juegos clásicos de PC, al final de cuentas revivir viejas glorias siempre es algo que nos gusta hacer a las almas nostálgicas y ahora que parece que se acaba el mundo no está de más regresar a todo eso que ya nos hizo felices algún día.
